Es
difícil determinar cuál, de entre todos los recuerdos que tengo, es el más
antiguo, pero creo que las imágenes que tengo guardadas en mi cabeza como más
tempranas son las del primer año de colegio, cuando aún tenía cuatro añitos, y
las de las vacaciones a Murcia que hacíamos en familia, donde tendría también
unos tres o cuatro años.
Recuerdo
que el primer año que fui al colegio tenían que llevarnos en autobús porque
quedaba un poco lejos, así que un autobús escolar nos recogía a todos cerca de
casa y nos llevaba hasta allí; sin embargo, pocas veces cogí ese autobús debido
a que era una niña muy propensa a ponerme enferma. Cada dos por tres tenía que
quedarme en casa o ir al médico, con lo que mi madre tenía que llevarme después
andando hasta el colegio, pues el autobús ya se había ido hacía bastante, y
además no hemos tenido coche nunca. Lo mismo pasaba al tener que venir a recogerme
más de una vez por haberme puesto mala en clase; en esa época mi madre no
trabajaba, así que tenía que estar llevándome y recogiéndome prácticamente
todos los días, exagerando un poquito.
Aún
así recuerdo la época con cariño porque también tuve unas profesoras estupendas,
en especial una llamada Sonia a la que tenía mucho cariño y, casi todos los
días, le hacía un dibujo para que se lo llevase a casa. Ahora soy yo la que
está preparándose para ser maestra de educación infantil, y sería maravilloso
que, dentro de muchos años, algunos alumnos de los que yo tenga puedan
acordarse de mí y con el mismo cariño como yo me acuerdo de mis profesoras.
Por
otro lado están los recuerdos de las vacaciones a Murcia, donde antes vivían
también mis abuelos paternos. En ese entonces, mi hermana pequeña no había
nacido, por lo que sólo íbamos mis padres, mi hermano mayor y yo. Recuerdo que
todas las mañanas temprano nos íbamos a la playa y cogíamos sitio en primera
línea, esperábamos un ratito y después nos bañábamos. Siempre me han dado mucho
asquete las algas del mar, así que mi padre tenía que cogerme para no tocarlas
con los pies, jaja. Recuerdo también que había muchas veces un chico más mayor
por la playa que cogía caballitos de mar, y siempre los metíamos en mi cubo de
playa para verlos, era increíble. La rutina de las tardes era echarse una buena
siesta con mi hermano y mi abuelo, los tres en la misma cama.
Son
bonitos recuerdos que me quedan porque, en realidad no tuve mucho tiempo para
conocer a mis abuelos y, aunque tengo más recuerdos de ellos, muchos de ellos
están muy difuminados… Recuerdo sus caras, pero no con la misma nitidez como me
gustaría.
Creo
que esos son los recuerdos más tempranos que tengo, menos de tres años creo que
es poco probable o casi imposible tener recuerdos de nada. Hoy me extendí un
poquito más, pero aún así tengo entradas pendientes por hacer, unas siete
concretamente, pero tengo un día liado de aquí para allá y no sé si hoy podré publicarlas;
todo sea que en un día me ponga como loca a publicar cinco entradas. ¡Nos
vemos!
✦ Rincón Celeste.
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